Por: Lampadia
La ley de las trabajadoras del hogar las perjudicará
Parte de las pocas empleadas domésticas formales pasará a la informalidad
Los congresistas creen que han hecho justicia social aprobando la ley de la trabajadora del hogar, pero lo único que van a lograr es que parte de las pocas empleadas domésticas formales pasará a la informalidad, y la mayor parte de las trabajadoras del hogar perderá la esperanza de tener algún día beneficios laborales. Esto debido a que la ley aprobada tiene el mismo problema de la ley general de trabajo: una formalidad muy cara que solo puede ser solventada por la gran empresa y algunas medianas.
Familias de clase media tendrán que informalizar o dejar de contratar
El pequeño porcentaje de familias de la clase media -tradicional y emergente- que mantenía a sus empleadas domésticas con todos los derechos que la ley establecía, pasará en su gran mayoría a la informalidad o sencillamente despedirá o dejará de contratar, con lo cual muchas personas que necesitan ese trabajo, sobre todo en estas épocas en las que se han perdido millones de empleos, se quedarán sin poder acceder a él.
Incluso las familias de clases altas, por la tramitología que se exige
Es que el acceso al infierno está empedrado de buenas intenciones. Aquí ni siquiera estamos seguros de las intenciones, aunque sí de la determinación de los partidos de buscar votos como sea. Porque quedan bien ante el electorado que quieren beneficiar, claro, pero sin avisarle que lo están llevando a una trampa, a perder lo que ya tienen o a no poder aspirar a tenerlo. Perjudican a quienes quieren beneficiar, salvo la pequeñísima proporción de empleadas domésticas que trabajan en familias de clase alta, y aun así, porque habrá que ver si la tramitología que además se exige, que no se demanda ni siquiera para el trabajo en una empresa, no disuada a una cantidad importante de familias de clases altas de cumplir con la ley.
Un engaño para captar votos: una ley excluyente
Entonces la ley es un engaño. Un engaño para captar votos. Peca, una vez más, como la ley general de trabajo, de irrealidad. Se cree que se puede implantar el cielo por ley. El problema es que no se hace sino reforzar la exclusión social y legal. Son leyes excluyentes, reaccionarias. Y en el Congreso no hubo un solo partido que explicara estas cosas. Que defendiera en última instancia a los excluidos. Así de pobre está nuestra política.






